26 de febrero de 2010

Cómo tratar a los perros lazarillos

Nos ha llegado, a través de una persona cercana que colabora con la Fundación ONCE del Perro Guía, un texto muy interesante sobre la forma correcta de tratar a los perros lazarillos. La verdad es que son tan majos que, cuando ves uno, lo primero que se te pasa por la cabeza es ponerte a acariciarlo; sin embargo, no es precisamente lo más idóneo...

Os dejamos con el texto, escrito en primera persona, como si fuera uno de estos simpáticos perros el que nos diera las indicaciones oportunas sobre cómo debemos tratarlos.



Hola:

Soy un perro guía y quiero contarte cómo debes actuar cuando te encuentres conmigo en compañía de mi amo ciego.

Como perro guía, soy un perro de trabajo. No constituyo una mascota ni soy un perro de exhibición. Mi comportamiento y mi trato son totalmente diferentes, y debo ser respetado en mi función de guía y fiel compañero de mi amo ciego.

Por favor, no me toques o acaricies cuando me encuentre trabajando, es decir, con arnés: esto significa distraerme de mi misión. Lo más adecuado es ignorarme: así efectuaré mi trabajo perfectamente.

No sientas temor hacia un perro guía como yo: nunca te haría daño.

Si tienes un perro, por favor, contrólalo, evitando que pueda producir un accidente cuando pase junto a mí en compañía de mi amo ciego.

No me ofrezcas golosinas o alimentos: mi dueño ciego se encarga con esmero de mi alimentación de manera responsable y con cariño. Estoy bien alimentado, y tengo un horario predefinido para ir a comer.

Cuando te dirijas a una persona ciega que se acompaña por un perro guía como yo, háblale directamente a la persona, y no a mí.

Si un ciego con perro guía necesita ayuda, la solicitará. Acércate por su lado derecho, de modo que yo quede a la izquierda. Pregúntale si necesita asistencia; si acepta, me ordenará que te siga o te pedirá que le ofrezcas tu codo izquierdo, o lo tomará y me hará una seña para indicarme que estoy temporalmente fuera de trabajo.

Si un ciego con perro guía pregunta por una dirección, dale indicaciones claras del sentido en el que debe girar o seguir para ubicar el lugar al cual se dirige.

No corras ni tomes el brazo de una persona ciega en mi compañía sin antes hablarle.

Nunca toques mi arnés; sólo es para mi amo ciego, a quien acompaño.

Como perro guía, estoy habituado a viajar en cualquier medio de transporte, echado a los pies de mi amo ciego sin causar molestias a los pasajeros, ya sea en viajes dentro o fuera de la ciudad o del país.

En virtud de mi riguroso entrenamiento, estoy habituado y capacitado junto a mi amo para acceder y permanecer en todo tipo de establecimientos y lugares públicos, tanto de salud como centros comerciales, restaurantes u otros locales: supermercados, cafeterías, cines, teatros, centros de estudio o trabajo, etc., sin causar alteración al normal funcionamiento de los mismos ni molestias al personal o al público.

En el lugar de trabajo, un usuario de perro guía se encuentra capacitado para ejercer sus funciones conmigo a su lado. En ningún momento un perro guía deberá vagar a su capricho por el recinto.

Por favor, colabora en la difusión de este mensaje.

'Los ojos del ciego son su perro guía, o sea, YO'

Muchas gracias por tu atención y espero que pongas en práctica lo que te acabo de contar, ya que si lo haces, ¡moveré mi rabito de felicidad!

2 comentarios:

  1. Son admirables los perros lazarillos, inteligentísimos, buenísimos y qué ayuda ofrecen a sus dueños! Lo de no ir a acaraciarles, es de lógica. Un saludo

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  2. Me encantan los perros en general y los lazarillos en particular. Siempre que me ecuentro con uno, gracias ami experiencia con la hija ciega de una amiga de mi madre que tenía uno precioso, suelo cumplir casi todas las instrucciones que vienen en el texto. A veces me cuesta no rascarles las orejas, porque son tan lindos y tan buenos.... Pero me aguanto y sólo les sonrío. Adorables animales, sin duda y de una ayuda impagable. Besos, reina mora.

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