26 de noviembre de 2015

Cuadernos cátaros (I): Andorra

Sant Joan de Caselles.
Este año decidimos hacer una ruta por el sur de Francia, en concreto por el país cátaro; pero en primer lugar pararemos algunos días en la vecina Andorra. Nuestro alojamiento allí será, durante cinco noches, el hotel Parador Canaro, que está situado en la Val d'Incles y que resulta ser todo un acierto.

Interior del museo de la moto.
Llegamos al hotel después de comer, ya que el viaje lo hemos hecho en plan tranquilo y sin agobios. Después de quedarnos maravillados con lo que será nuestro alojamiento, soltar los trastos y descansar un poco, decidimos poner rumbo a Canillo para visitar la iglesia de Sant Joan de Caselles, una de las treinta y una iglesias románicas que hay en Andorra. A sus pies se encuentra el museo de la moto, que reúne ejemplares, todos con matrícula de Andorra, de motos que datan desde los primeros años del siglo XX hasta la actualidad. Están perfectamente clasificadas y ordenadas dentro del museo por décadas, con lo que es bastante fácil ir viendo la evolución de los vehículos. Por la tarde decidimos hacer la ruta senderista conocida como camino de Canillo a Meritxell, que empieza a las afueras de Canillo y es un camino muy agradable que pasa por varios oratorios, la cruz de Carlomagno y finalmente por el santuario de Meritxell, patrona de Andorra.

Camino del Toll Bullidor.
Al día siguiente comenzamos con otra ruta senderista, el camino del Toll Bullidor, una ruta de menos de 2 kilómetros que comienza en el puente de las Molleres y que a lo largo de su recorrido tiene varios miradores hasta llegar al final del sendero, en el que vemos el precioso salto de agua que le da nombre a este camino.

Al lado de Canillo está Encamp, otra de las parroquias de Andorra. Aquí visitamos en primer lugar las iglesias de Santa Eulalia y San Miguel de la Mosquera, para después poner rumbo monte arriba, a Les Bons. Allí quedan aún varios edificios, entre ellos la iglesia de San Román y una torre de defensa, además de unas vistas preciosas del valle a nuestros pies.

Ya por la tarde, después de comer, nos dirigimos a Ordino donde, entre otras cosas, tenemos ocasión de ver la bonita iglesia de San Cornelio y San Cipriano, y después nos damos una vuelta por el centro de interpretación de la naturaleza de La Cortinada. A media tarde vamos a un sitio espectacular, el parque natural de Sorteny, donde podemos disfrutar de kilómetros y kilómetros de rutas senderistas, un paisaje precioso lleno de árboles y montañas, riachuelos y hasta un pequeño jardín botánico. Y con esta visita tan espectacular terminamos este día.

Lago de Engolasters.
La siguiente mañana la comenzamos con una nueva ruta, que esta vez empieza en la iglesia de San Miguel de Engolasters, en la parroquia de Encamp, y sube hacia el lago de Engolasters después de una buena caminata. Aunque el paseo merece la pena, y allí nos encontramos tan a gusto que decidimos hacer una parada y comer a orillas del lago.

Por la tarde vamos a La Massana y subimos en el funicular hasta las pistas de esquí que, al ser verano, lógicamente no están en funcionamiento; así que aprovechamos para darnos un paseo por ellas, contemplar las vistas desde varios puntos estratégicos y por supuesto disfrutar del paisaje tanto durante ese paseo como durante el rato que el funicular tarda en hacer el recorrido en los dos sentidos, ya que subimos y bajamos en él.

El funicular de La Massana.
Para finalizar este día vamos a Sispony, otro de los pueblos de La Massana; una vez allí nos acercamos primero hasta la parte más alta de la localidad, donde se encuentra la iglesia de San Juan, que es también románica pero en este caso su exterior curiosamente no es de piedra vista sino que está encalado de color blanco. Después de ver la iglesia tanto por fuera como por dentro, damos una vuelta por el pueblo.

Más tarde dejamos Sispony y seguimos nuestro camino, esta vez hacia Anyós, y allí visitamos primero la iglesia de San Cristóbal y después nos dedicamos a callejear un poco por el pueblo para admirar sobre todo las increíbles vistas que hay.

San Cristóbal de Anyós.
A estas alturas ya casi se ha hecho de noche, así que volvemos al hotel y nos preparamos para el día siguiente; ya va quedando menos para comenzar nuestra ruta por el País Cátaro...

El último día en Andorra lo comenzamos subiendo al puerto de Envalira, que es el camino que nos llevará a nuestro siguiente destino, la localidad de Pal. Allí nos dedicamos sobre todo a pasear por sus callejuelas y entre sus casitas de piedra y pizarra, tan típicas por la zona.

Pal.
Por la tarde, ya a última hora, decidimos hacerle una visita a la iglesia de Santa Coloma, que en las oficinas de turismo suelen recomendar por la curiosidad de que es de las pocas (si no recuerdo mal son solo dos) que tiene la torre redonda en lugar de cuadrada, como la mayoría de las iglesias románicas de Andorra. Después de este recorrido, volvemos a última hora al hotel para prepararnos para el día siguiente, ya que tenemos pensado madrugar para ponernos en camino hacia el sur de Francia. Nos esperan los cátaros.

22 de noviembre de 2015

Oh, mon Dieu!!

Vamos a ver, que ya me estoy poniendo un pelín nerviosa... Estoy escuchando y viendo en un canal de noticias a un señor que dice ser experto en muchas cosas y está el hombre muy serio diciendo que la culpa de los males del mundo la tengo yo. Así, tal cual, oiga. ¿Yo y yo misma, como seres malvados nacidos en occidente, somos responsables de que una panda de tarados drogados se hayan dado tres paseos por París matando gente? Oiga, que no; ya le digo yo a usted, señor experto, que no.

El señor insiste en la teoría de la maldad de Occidente y la sustenta en que todo tiene su origen al crear a golpe de regla y cartabón los países de Oriente Medio por el malvado occidente que, por eso y muchas maldades más que hoy no tocan, está recibiendo lo que merece por mezclar etnias y creencias religiosas en territorios árabes y blablabla. Expolio occidental, malvado Occidente... Vamos, que les resumo: que todo el mundo es bueno menos usted, estimado lector, y yo y yo misma, porque somos "malvados occidentales".

¡Venga ya, estoy hasta los pelos de las cejas del mantra de "malvado Occidente"!

Al señor experto este se le "olvida" decir o preguntarse qué es, por ejemplo, Francia como estado. ¿Qué tienen en común, como seres vitales individuales, un señor de Pas-de-Calais, norte de Francia, con otro señor de Toulon, sur de Francia? Pues apenas nada y durante siglos ni se hubieran imaginado sus ancestros que acabarían pagando los mismos impuestos bajo misma bandera. Y ¿no es precisamente el concepto de civilización, por el que llevamos siglos luchando, la convivencia o tratar de llegar a una convivencia pacífica a pesar de los contrastes de etnias y demás conceptos antropológicos? Sabemos que no es perfecto ni fácil, pero oiga, se intenta.

Porque usted oye al señor experto en todo y tal parece que los países europeos, es decir, el "malvado Occidente", están "hechos" por un ser divino, sabio, justo (y pelín racista), ya que ha puesto a los franceses en Francia y no en Alemania, a los alemanes en Alemania y no en Italia, y a los italianos en Italia y no en Polonia. Y que es así porque todos los italianos son iguales, todos los alemanes son iguales y todos los franceses son iguales; y, por tanto, y gracias a vivir los franceses en Francia y no en Italia, y los italianos en Italia y no en Dinamarca, esto de Europa es una pacífica balsa de aceite de amor y paz y destinados tales estados igualitarios y uniformes a una idílica fraternidad para siempre jamás.

Pues va a ser que no, ya lo sabemos.

Europa se construyó como se construyó y fue ardua labor, y ni se lo voy a contar a ustedes que seguro que lo saben y, en todo caso, para algo están los libros de historia. Pero de lo que no se percata el señor experto en tantas cosas es de que, al decir que la construcción de los países de Oriente Medio, en que en un mismo espacio geográfico se cometió el "tremendo error" de mezclar distintas etnias y conceptos religiosos y eso es lo que trae tantos problemas inacabables en la zona, eso, señor experto en tantas cosas, es darle la razón a Donald Trump y a Antonio Recio en lo de "yo no soy racista, soy ordenado. Si Dios nos separó en continentes, por algo sería.". Creo recordar que Hitler tampoco era nada partidario de la convivencia pacífica de mezclas raciales y culturales...

Por lo que tenemos que el experto parece que no se está dando cuenta de que, culpando de todo al "malvado Occidente", está poniendo a los ciudadanos de esos países de Oriente Medio de incivilizados racistas, incapaces de vivir juntos por no ser de la misma etnia y concepto religioso. Lo cual, dicho sea de paso y aunque no creo que sea la intención del "experto", no deja de ser verdad. Si el problema de Oriente Medio es que en el mismo país no saben, no quieren y no les da la gana convivir distintas etnias y religiones y no están dispuestos a dejar de matarse entre ellos tras décadas y décadas de convivencia que ni quieren ni aceptan, pues eso tiene un nombre y es racismo y segregación. Lo de toda la vida en todas las partes del mundo hasta que llega el momento, aunque sea por puro agotamiento, en que se acepta que mejor convivir que matarse.

Por tanto, menos rollo con el "malvado Occidente", que en todos sitios se cuecen habas racistas y xenófobas, y los musulmanes en concreto llevan siglos matándose entre ellos ¡y sin la ayuda de nadie! Porque desde el comienzo de su propia historia están discutiendo y peleando sobre quién es o quiénes son los descendientes legítimos del profeta. Le recuerdo al experto que Abderraman I llegó a la Península Ibérica como único superviviente de la masacre de toda su familia por sus propios coetáneos musulmanes. Y en aquel entonces, ni existían Francia, Alemania o Italia ni nada parecido al "malvado Occidente", que bastante ocupados estaban por tierras europeas con otros menesteres que eran, sobre todo, matarse entre ellos mismos y a quien se acercara de otros sitios. Y eso mismo que les pasa ahora a los musulmanes, de pelearse por todo y contra todos, es algo que por estos lares ya lo hemos pasado y aún seguimos en ello, aunque de forma diferente. Si antes era la religión o los botines de guerra, ahora todo es discutir, en el "malvado Occidente", que yo tengo RH negativo y tú no, que yo como fabada y tú té con limón, que patatín y patatán, que es que el ser humano si no pelea por algo se aburre e inventa lo que sea por matar, humillar, defenestrar y machacar al vecino.

Esa es la historia de la humanidad, de TODA la humanidad.

Y cuando los "malvados occidentales" ya estábamos tratando y casi consiguiendo lo de mal disimular y desterrar en lo posible esas ganas ancestrales y antropológicas de cargarnos todo lo que no fuera "lo nuestro", pues éramos pocos y parieron los líos orientales del mantra "¡malvado Occidente, pagaréis por vuestro desprecio!" y vamos de listos pero somos más tontos que las piedras porque ¡nos lo creemos!
¡Como si los "occidentales" fuésemos una masa compacta y acorde sin fisuras de iguales ideas! ¡Es que si la cosa no fuese de tan graves consecuencias, sería un mal chiste! ¡Como si antes de la llegada de los "occidentales" a cualquier sitio todo fuera el dulce paraíso terrenal de todo amor y paz... Es que... De verdad... ¡Lo que hay que oír! ¡Como si la cultura oriental hubiera estado quietecita sin moverse ni expandirse nunca y fuese un prodigio de paz y amor, amosnomejodas!

Mire usted, señor experto en muchas cosas, usted es muy libre se sentirse culpable de lo que quiera y le apetezca pero, en este tema concreto que hoy nos ocupa, ya le advierto de que nadie de mi familia participó en la distribución del territorio del extinto Imperio Otomano en distintos países. Nadie. Se lo aseguro y, de hecho, le informo de que he sido la primera y hasta ahora la única que de toda mi estirpe familiar ha puesto un pie en territorio de Oriente Medio donde, efectivamente, el tan alabado concepto por estos occidentales lares de "sociedad multicultural" como ejemplo de civilización, brilla por su completa ausencia pues los únicos seres "multiculturales" que se podía usted encontrar por allí... éramos los integrantes de variadas nacionalidades llevados de un lado para otro como panda de turistas pardillos, como una servidora que no tiene reparo en confesar que tiene mucho vicio con eso de viajar, pero le aseguro que ni trafiqué con petroleo, ni con drogas ni con seres humanos, ni insulté ni maté a nadie ni me dio por pasar el rato quemando mezquitas o sinagogas; por no hacer es que ni compré nada, pues lo del regateo me da tanta pereza como dolor de cabeza y ni a los puestos de souvenirs me acerqué. Total, ¿pa qué, si casi todo es made in China? China, otro ejemplo claro de otra sociedad donde la "multiculturalidad" y eso de "los derechos humanos" les da mucha risa pero no por ello paramos de comprarles, y compramos con mucha alegría y cero remordimiento, todas esas porquerías, imitación de nuestras propias porquerías "occidentales", que ellos producen sin parar.

Con esto ¿qué quiero decir? Pues que se abstenga, señor experto, y otros "expertos" como usted, en echarme a mí la culpa de las desgracias de la vida y sobre todo de las que causan los tarados del mundo a los que les da por drogarse y matar gente. Bajo ningún concepto se lo voy a consentir, que hasta ahí podíamos llegar. Porque a las buenas ya no soy muy simpática pero a las malas pues no va a ser usted, señor experto, el único que pueda decir cosas.

Que digo yo que si este experto y otros tantos en tantas cosas saben de los problemas del mundo, causas, origen y consecuencias, ¿qué demonios hacen perdiendo el tiempo en un programa de la tele o escribiendo libros? ¿Cómo es que no están en el meollo del conflicto solucionándolo todo? Es que no puedo con los "expertos" televisivos , esos expertos "de todo" que dan pretendidas lecciones magistrales señalando culpables con dedito acusatorio... Como si ellos fueran seres inmaculados de otro planeta destinados a no se sabe qué labor divina cuando, sobre todo, su labor más señalada es la de estar sentados en sus despachos y cobrando un sueldo por pensar mucho e ir a la tele a contarlo y hablar de su libro. Entonces va a ser que yo también soy "experta", aunque sea de andar por casa, porque pensar pienso muchísimo; ¡es un no parar de pensar lo mío! Es que no se lo pueden ni imaginar lo mucho que yo pienso, que hasta dormida pienso ¡y hasta acierto algunas veces! Pero ¿solucionar problemas del mundo? Cero.

Ergo, soy una experta.

Y si salir por la tele es lo que da pedigrí de "experto", eso se arregla pronto porque monto un canal propio en Youtube que lo van a ustedes a flipar. ¿La Maru contando en Youtube todo lo que piensa? Es que ni Fidel Castro ni Hugo Chávez con sus discursos de siete horas, ¡eso no es nada!; aquí servidora puede estar catorce horas diarias y seguidas hablando sin parar, se lo aseguro. Y arreglar no iba a arreglar nada, pero en eso parece que consiste en ser "experto de todo": hablar mucho y no arreglar nada. Y encima cobrar por ello.

Malvados no se si seremos los "occidentales" pero tontos somos un rato, que entre discutir quién es el más listo y la adoración a los futbolistas y a los "expertos", así nos luce el pelo.

2 de noviembre de 2015

En esta apartada orilla...

Imagen: Tebeosfera.
Para empezar, Halloween no ha llegado. Halloween estaba tan tranquilo en su sitio (y allí debería seguir estando), que es en las películas americanas, porque por aquellos lares son gran mayoría de herejes que no están al tanto de Cuaresmas ni Carnavales ni fiestas de Reyes Magos y por eso hacen eso de disfrazarse y hacer el chorras por la calle por estas fechas. Y no será porque no conozcan los Carnavales de Río de Janeiro, pero mire usted por dónde, los americanos de los Estados Unidos de América tienen la suficiente personalidad como para no copiar todo lo que conocen y ven por la tele y salvo en Nueva Orleans por su pasado católico francés-español o en la frontera con México y la otrora Nueva España y su fiesta de los muertos, con esto de Halloween, que es una tradición católica de caridad con origen irlandés y que luego se desmadró un pelín, los americanos la reconvierten en un día de cachondeo y, sobre tod , para no ponerse tristes recordando a sus fallecidos seres queridos, que para eso son ellos muy sentidos, que ni una gamba con cabeza se pueden llevar a la boca porque lo de la muerte y los muertos les da mucho yuyu. Pero hala, ya tenemos que ir todos por estos lares, como perritos lameculos, a imitar las yanquilanadas de las pelis. Después mucho rollo progre de lo de yanqui go home y Estados Unidos es lo peor y blablabla antiamericano, pero ya ven que vamos cuesta abajo y sin frenos por el camino de la obesidad mórbida por la imitación de sus americanas y cinematográficas costumbres culinarias (superpizzas, superhamburguesas, supertartas, superbatidos hipercalóricos, etc.) apoltronados delante de la tele y tan contentos.

Esto de celebrar Halloween en tierras patrias surgió, como todo lo absurdo y ridículo, por pura envidia, porque ¿dónde se celebraba esto de disfrazarse en noviembre por aquí cerca? Pues en los colegios británicos y/o americanos, o, por resumir, en los colegios anglófonos de este y otros países, donde se imparten clases solo en idioma inglés y, como es lógico, se hace referencia y celebración de celebraciones anglos, lo mismo que en los colegios franceses se estudia la vida y milagros de Napoleón como gran héroe nacional. Pero los vecinitos de los alumnos de estos colegios anglofónos pues no, que no se celebraba nada ni en los colegios ni en las familias durante el puente de Difuntos; era un día sin cole ni trabajo en el que algunos van al cementerio a poner flores y otros aprovechan para un pequeño viaje o se quedaba en simple día festivo y, como tradición culinaria, tenemos eso de los pastelitos "huesos de santo", que es una forma de preparar al estómago para la avalancha de azúcar en vena que ya pronto se avecina con los mazapanes, polvorones y turrones navideños.

Porque sí, señoras y señores, también en España tenemos tradiciones del día de Difuntos aunque parece que estamos afectados por amnesia y ya nadie lo dice ni parece que se quiera acordar, pero la tradición lo que marcaba en la vispera de Difuntos era ¡ir al teatro a ver, por supuesto, el Don Juan Tenorio de José Zorrilla! No, no me lo nieguen, ni miren a otro lado ni hagan como que nunca han oído tal cosa, que a quien no iba al teatro se lo ponían por la tele y, año tras año, el Tenorio era fiel a su cita.

- Pues a mí no me suena...
- ¿Le suena a usted eso de cómo están ustedeeeeesssss de los payasos de la tele?
- Sí, eso sí.
- ¿Sabe usted quién es La Ruperta?
- Hombre, claro: la calabaza del Un, dos, tres, responda otra vez.
- Y E.T. ¿la vio en el cine cuando la estrenaron?
- Pues claro, y anda que aún me acuerdo de la llorera que pasé cuando se pone malito...
- Y ¿qué me dice de Pretty Woman, conoce quiénes son los protas y de qué va?
- Por supuesto, la Julia y el Gere y que ella es puta y él millonario guaperas.
- ¡Pues le he pillado, colega! Que Pretty Woman cumple este año su 25 aniversario y usted y yo, que estábamos allí, sabemos que ni de casualidad se hacía por estos lares la chorrada esta del Halloween y, por tanto y entonces, sabe y está en edad de saber de esa tradición ancestral de representación teatral del Tenorio en vísperas de Difuntos.
- Oiga, pues no.
- Oiga, PUES SÍ. Usted, ignorante de la vida, no me lo niegue ni mienta como bellaco y se lo voy a demostrar ahora mismo. Acabe la frase: "Cuán gritan esos malditos, pero mal rayo me parta si en concluyendo esta carta...".
- ... no pagan caros sus gritos.
- ¿Lo ve, alma de cántaro, como sí se lo sabe? ¡Si los mejores y más prestigiosos actores se pegaban de bofetadas por ser el Tenorio y doña Inés de cada temporada y todos les poníamos nota, como si fuera Eurovisión! Y nada más y nada menos que ya han pasado 170 años desde el estreno de la obra y la tradición que nos cuenta el castigo al tunante y bravucón Tenorio y cómo desde el más allá vienen a pedirle cuentas cada víspera de Difuntos.
- Pues a mí no me suena.
- Calle y no moleste.

Bueno, pues tan tranquilos estábamos con nuestras tradiciones de limpiar y adornar las tumbas de nuestros seres queridos, tropezando unos con otros por el cementerio porque se ponen todos petaos de gente como Manhattan en hora punta, chutándonos con el azúcar de nuestros dulces tradicionales y poniendo nota a los actores del Tenorio con aquello de

"¿No es verdad, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?"

- Ah, pues eso sí que me suena.
- No se lo repito más, o se calla o llamo a seguridad.

Pues así estábamos, tan a gusto, cuando surgió la tragedia.

Esas madres (sí, siempre son las madres) de los niños que no iban al colegio inglés y veían llegar disfrazados como los de las pelis americanas a los vecinitos que sí iban al colegio inglés, y como si no estuvieran bastante escocidas y resentidas con no poder mandar a sus niños al colegio inglés, ¡con el glamour social que eso daba por lo lo caro que era eso!, ya lo de verlos disfrazados en vísperas de difuntos como los protas de E.T., ¡eso no, eso sí que ya que no! Y a la inocente pregunta de sus hijos, tan envidiosos como su mamá, de por qué los vecinitos se podían disfrazar como en las pelis y ellos tenían que esperar a Carnaval, esa madre invidiosa (dícese de estado de envidia permanente que nubla mente y capacidad de visión) se dijo que no, ¡más humillaciones no, que mis hijos no irán a un colegio inglés caro y remilgado pero para caramelos y disfrazarnos cuando ellos sí que nos da!

Y ahí empezó, con esa madre invidiosa incitando a otras como ella, este RIDÍCULO despiporre que nos rodea, que nos da por copiar toda chorrada de las pelis americanas pero seguimos en el furgón de cola del aprendizaje de inglés, porque claaaaro, es más fácil imitar chorradas que estudiar. De los niños no digo nada, son niños y cuando eres niño todo cachondeo es bienvenido sin necesidad de explicación alguna, pero ustedes, padres y madres, que fomentan y jalean la estupidez en sus hijos, merecen sufrir las consecuencias y la mala conciencia del origen de esto de Halloween, que no era otra cosa que procesiones de pobres, harapientas y miserables familias enteras que iban de casa en casa, sabiendo que las familias se juntaban para rezar y además de rezar, comían en abundancia. Y pidiendo limosna para comer, ponían a los niños por delante para enternecer corazones y, a cambio, rezaban oraciones por los difuntos de sus benefactores. Con el tiempo, como todo se desmadra y esto no iba a ser menos, llegaron a formarse bandas organizadas (y disfrazadas para no ser reconocidos y resultar más intimidantes) que si no recibían limosnas y/o comida (o aunque las recibieran), entraban por la fuerza en las casas con ánimo de robo e intimidación. Y algún que otro asesinato.

¿Quiere usted celebrar el Halloween de verdad? Pues déjese de yanquilanadas y cutre fiestas de disfraces y botellón y organice con suficiente antelación su aportación al banco de alimentos más cercano a su domicilio, como la pionera familia de Pensilvania que fue quien realmente, en los años 50, popularizó la fórmula de Halloween para organizar una campaña de recogida de dulces y alimentos a favor de la UNICEF.

- Oye, Maru, petarda, no nos amargues la fiesta y no ofendas.
- Si se da por aludido es su problema y ya se lo advertí. ¡Seguridad!

Yo no sé ustedes, pero organizar fiestorros y cachondeos con disfraces para "celebrar" la tradición de dar cobijo a la miseria y pobreza de los más desafortunados, no lo veo .Y con la que está cayendo, de miles y miles de refugiados a los que tenemos que dar cobijo y que ya están a las puertas de nuestras casas, me parece hasta obsceno si solo es una excusa para fiestorro y botellón. Sea usted, padre y madre de niños, preadolescentes y adolescentes con lógica gana de juerga, un ser adulto, responsable y coherente como corresponde a su edad y entérese y explique a los menores de su casa el origen de esa tradición ajena y haga algo útil, en vez de o la par que esta mamacharrada comercial que aceptamos que nos invada como mala hierba y, además, encantados de la vida.

Porque resulta que también tenemos nuestras propias tradiciones ancestrales, tan lícitas y respetables como las ajenas, y tenemos la responsabilidad de no dejar que caigan en el olvido por copiar otras, pues haga el chorra lo que quiera si es un vicio personal que no puede erradicar, pero podría compaginarlo con algo muy sencillo y es que sus hijos y familiares lean y representen el Don Juan Tenorio y, me atrevo a más, sí, exijan y organicen una representación teatral de la obra con fines benéficos en su ayuntamiento, en teatros, en asociaciones de vecinos y hasta en sus casas. ¡Que retumbe en la víspera de Difuntos la voz del espectro del Comendador Don Gonzalo, padre de Doña Inés!

Y, tranquilos, que niños y adultos pueden igualmente disfrazarse pues, como todos ustedes saben, la obra comienza en la noche de Carnaval y representar Don Juan Tenorio siempre da mucho juego para eso de los disfraces.

- Maru, eres una borde y una aguafiestas.
- ¿Aún sigue usted aquí? ¡Qué cansina es su pertinaz ignorancia, oiga! ¿También celebra el Thanksgiving de Yanquilandia?
- ¿El qué?
- Sea útil y dele al Google translator.
- Vete al peo, Maru.
- Cuando usted salga y deje sitio.

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