21 de mayo de 2018

Ardsley Acres, hotel a las afueras de Nueva York

Imagen: Web del hotel
Dos de las veces que fui a Canadá a visitar a mi hermana aprovechamos para alquilar un coche y acercarnos a Nueva York; aunque lo de acercarnos es en realidad un decir, porque el trayecto desde Toronto es de casi 800 kilómetros. La primera vez nos habíamos alojado en casa de uno de los hermanos de mi cuñado, que vivía en Yonkers (sitio típico yanqui donde los haya, igualito que los de las películas: con rejas en las ventanas, callejones oscuros que dan miedo y un montón de gente chunga); pero la última, no recuerdo muy bien si era porque este muchacho tenía gente en su casa, el caso es que siguiendo su recomendación decidimos alojarnos en este sitio, que se encuentra en 560 Saw Mill River Rd, en un pueblecito llamado Ardsley. Se encuentra bastante alejado de Nueva York, pero lo que hicimos durante el tiempo que estuvimos allí fue ir en el coche hasta una estación de tren (precisamente era Yonkers la que nos pillaba mejor) y desde allí nos movíamos a la ciudad.

Al llegar al hotel no tuvimos más que dejar el coche en aparcamiento enorme que hay a la entrada y asomarnos a la recepción; no habíamos hecho reserva porque lo de alojarnos allí se decidió totalmente a la aventura, aunque tenían habitaciones libres de sobra y no hubo ningún problema. La recepción no era muy grande, con un mostrador, el comedor al lado, un teléfono público y poca cosa más; allí nos dieron las llaves de nuestras habitaciones, y sólo volvimos a pasar por allí para devolverlas cuando nos marchamos unos días después. El edificio es como el que vemos siempre en las películas: una fila de habitaciones (más bien apartamentos) distribuidos en forma de U, el aparcamiento delante, y enfrente la recepción; y, también como en las películas, lo habitual es dejar el coche aparcado justo en la puerta de tu habitación, porque cada una de ellas tiene su propia plaza, aunque en cualquier caso hay una explanada enorme en el recinto del hotel. Todo el perímetro, además, está completamente rodeado de árboles, así que resultó un alojamiento de lo más tranquilo.

Nuestras habitaciones eran, como decía antes, más bien pequeños apartamentos; y la que nos tocó a nosotros estaba bastante bien de tamaño y tenía, al entrar y en la pared de la derecha, una encimera con un fregadero, una pequeña cocina, un microondas y un televisor (con programación por cable, que allí hay cientos de canales); y en la parte baja un frigorífico. Al otro lado de esta misma pared había un aparato de aire acondicionado que también servía como calefacción. Enfrente de la puerta, una cama de matrimonio con una mesilla de noche a cada lado, y en la pared de la izquierda (de frente según estabas en la entrada) un armario enorme de madera que ocupaba prácticamente toda la pared. Al fondo teníamos un baño completo, con lavabo, inodoro y una ducha enorme; la única pega es que era de las que van a ras del suelo y además en lugar de mampara tenía cortina, con lo cual o tenías cuidado al ducharte o acababas con todo el baño medio inundado... Lo que no había por ningún sitio eran las cosillas típicas que te sueles encontrar en los baños como gorro de ducha, jabones, gel y todas esas cosas.

Una de las cosas que más me gustó es que los suelos eran de madera, que con lo que a mí me suele molar eso de andar descalza, es algo que me resulta bastante acogedor; además se veía todo muy reluciente, con lo cual no daba ningún repelús pisar el suelo.más... La decoración no es que fuera una maravilla, pero era todo muy sencillo y funcional, así que como sólo íbamos a pasar por el hotel a dormir y poco más, tampoco le prestamos mucha atención a estas florituras. Lo que acabo de recordar que no conté cuando escribí sobre el hotel de Quebec y el de Montreal, y que es importante tenerlo en cuenta, es que la corriente tanto en Estados Unidos como en Canadá va a distinto voltaje que en Europa. Nosotros lo que hicimos fue comprar un transformador universal en una tienda en Toronto, que los venden por todas partes, y nos hizo el apaño bastante bien para poder cargar los móviles, la cámara de fotos, etc.

En cuanto al precio, nos salió bastante bien aunque como siempre es mejor o bien mirar con antelación o recurrir a comparadores de precios para encontrar el que más nos interese. En cualquier caso, si os apetece contactar directamente con el hotel, os dejo aquí su página web; como además tienen varios tipos de habitaciones, variarán según lo que busquéis exactamente. El caso es que es un sitio que resultó mejor de lo que yo esperaba, porque tenía en la cabeza las famosas películas en las que el asesino anda suelto y se cuela en un motel de carretera del estilo de este; lógicamente no nos pasó nada de eso, y de hecho la zona es de lo más tranquila a pesar de la carretera que pasa justo al lado. Pero la verdad es que no sé muy bien el motivo, no conseguí dormir demasiado bien ni una sola de las noches; pero si sois de los que no tenéis problemas para conciliar el sueño, seguro que os encontraréis de lo más a gusto.

Lo único que hay que tener en cuenta es que si sólo tenéis pensado visitar la ciudad de Nueva York y además no disponéis de mucho tiempo, puede que no os compense alojaros tan lejos; porque el sitio está muy chulo, pero para ir a la ciudad hay una tiradita...

2 comentarios:

  1. Se ve muy bonito el hotel y el entorno. Con lo poco que considero que he viajado pero cuanto coincido contigo en los sitios jiji. Nosotros en su día preferimos el centro de la ciudad por ese de tener accesibilidad fácil a determinados sitios, pero para una segunda vez pienso que puede ser diferente y te debe permitir otro tipo de turismo y otras zonas. Un besazo.

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    1. Mira, qué bien eso de coincidir en sitios, jeje. La primera vez que fuimos a Nueva York también estábamos más cerca del centro, desde luego que es una opción mucho más cómoda.

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